El Mesías en la Tanaj según los Profetas
La Tanaj, o Biblia Hebrea, está compuesta por tres partes: Torá (Ley), Nevi'im (Profetas) y Ketuvim (Escritos). El término hebreo “Mesías” (מָשִׁיחַ - Mashíaj) significa “ungido”. En el judaísmo, esta figura será un rey descendiente de David que traerá paz, justicia y restauración. En el cristianismo, muchas de estas profecías son vistas como cumplidas en Jesús (Yeshúa) de Nazaret.
Este estudio se enfocará exclusivamente en los profetas (Nevi'im), analizando los textos que en el cristianismo son considerados proféticos del Mesías, contrastándolos con su contexto hebreo.
La iglesia evangélica moderna, que se basa principalmente en la Biblia Reina-Valera 1960, interpreta estas profecías como señales directas de la venida de Cristo. Sin embargo, es importante señalar que dicha versión bíblica está influenciada por la tradición grecorromana helenista. Esta influencia ha introducido modificaciones en la traducción y el entendimiento de ciertos términos hebreos, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento. Además, todos los documentos hebreos originales que daban testimonio de Yeshúa como el Mesías han desaparecido, y el Nuevo Testamento que se conserva es completamente de origen grecorromano, escrito en griego koiné y posteriormente interpretado bajo marcos culturales ajenos al pensamiento semita original.
Esto implica que muchas de las interpretaciones cristianas modernas están mediadas por una cosmovisión helénica que afectó la transmisión del texto, su terminología, y sus conceptos teológicos, en especial los que vinculan las profecías hebreas con Jesús.
Vease: Influencia Helenica Concilio de Nicea Concilio de Constantinopla Concilio de Calcedonia
Isaías (Yeshayahu)
Isaías 7:14Texto hebreo:
"לָכֵן יִתֵּן אֲדֹנָי הוּא לָכֶם אוֹת, הִנֵּה הָעַלְמָה הָרָה וְיֹלֶדֶת בֵּן, וְקָרָאת שְׁמוֹ עִמָּנוּ אֵל"
Transliteración:
Lajén yitén Adonay hu lakhem ot, hiné ha'almah harah veyoledet ben, vekarat shemo Immanu El.
Traducción:
Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la doncella está encinta y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel (Dios con nosotros).
Explicación:
El término hebreo "almah" se traduce como doncella o joven, no necesariamente virgen ("betulá"). El contexto inmediato habla del rey Acaz y un niño como señal de salvación de Judá ante Siria e Israel. El cristianismo, bajo la influencia de la traducción griega de los LXX (Septuaginta), tradujo “almah” como “parthenos” (virgen), y esa traducción fue adoptada por la Reina-Valera 1960. Este cambio alteró el significado original y fortaleció su aplicación cristológica.
Texto:
"Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz."
Explicación:
La profecía describe a un futuro gobernante con títulos exaltados. El cristianismo lo identifica como Jesús, pero en el texto hebreo, esta expresión puede tener una función teofórica o ser un título compuesto atribuido a Dios mismo actuando a través del rey. La Reina-Valera, al traducir “Dios fuerte” y “Padre eterno”, refuerza una interpretación trinitaria helenizada que no está presente en el pensamiento hebreo original.
"Y saldrá una vara del tronco de Isaí, y un vástago retoñará de sus raíces. Y reposará sobre él el Espíritu de YHWH..."
Este texto es considerado mesiánico tanto por judíos como por cristianos. El cristianismo lo aplica a Cristo, pero en la Tanaj es una promesa davídica. La Reina-Valera presenta una traducción correcta, aunque la teología posterior reinterpretó las figuras mesiánicas con base en doctrinas grecorromanas.
Jeremías (Yirmeyahu)
Jeremías 23:5-6"Vienen días, dice YHWH, en que levantaré a David un renuevo justo, y reinará como rey... este es su nombre: YHWH, justicia nuestra."
Esta expresión se interpreta como una profecía mesiánica en el cristianismo. Sin embargo, el texto hebreo apunta a un rey humano justificado por Dios, no necesariamente una encarnación divina. La Reina-Valera, influida por el cristianismo helénico, interpreta este nombre como identidad directa de Cristo, fusionando conceptos ajenos al marco hebreo original.
Ezequiel (Yejezkel)
Ezequiel 34:23-24"Y levantaré sobre ellas un solo pastor, que las apaciente: a mi siervo David..."
Ezequiel 37:24-28"Mi siervo David será rey sobre ellos, y todos tendrán un solo pastor..."
Estos pasajes aluden al ideal de un líder davídico. El cristianismo, especialmente bajo el paradigma grecorromano, aplica estas promesas a Jesús, espiritualizando el reino. En contraste, el judaísmo mantiene la visión de un reinado físico y político. La Reina-Valera reproduce el texto hebreo con fidelidad, pero su interpretación en los comentarios o doctrinas evangélicas ha sido alterada por la teología griega posterior.
Zacarías (Zejaryah)
Zacarías 9:9"He aquí tu rey vendrá a ti, justo y salvador, humilde, y cabalgando sobre un asno..."
Este texto es citado en el Nuevo Testamento como cumplimiento en la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén. La profecía describe a un rey justo y pacífico. La interpretación cristiana le da cumplimiento literal en Cristo, mientras que en su contexto hebreo puede referirse a un evento histórico o un futuro rey de Israel. La Reina-Valera mantiene el texto, pero su conexión con los evangelios proviene de una construcción narrativa posterior griega.
Zacarías 12:10"Y mirarán a mí, a quien traspasaron..."
Este versículo es usado en Juan 19:37 para hablar de la crucifixión de Jesús. El hebreo es ambiguo; puede leerse también como “mirarán hacia mí por causa del que fue traspasado”, y no necesariamente “a mí, a quien traspasaron”. La ambigüedad fue resuelta en favor de la cristología en las versiones griegas y latinas, y heredada en la Reina-Valera.
La Tanaj contiene diversas referencias a un futuro líder justo, rey davídico, que restaurará la justicia, la paz y la relación con Dios. El cristianismo, particularmente el evangélico, ha interpretado estas profecías como cumplidas en Jesús de Nazaret. No obstante, muchas de estas interpretaciones derivan no del hebreo original, sino de la versión griega (Septuaginta) y las traducciones grecorromanas posteriores.
La Biblia Reina-Valera 1960, la más utilizada en el mundo evangélico, proviene de traducciones influenciadas por el pensamiento y la teología helenística. Este proceso traductivo introdujo cambios semánticos importantes, especialmente en términos clave del Antiguo Testamento, como “virgen”, “Dios fuerte”, “unción”, “pastor”, entre otros. Además, no se conservan documentos originales hebreos del Nuevo Testamento que dieran testimonio de Cristo desde un enfoque semita. Todo el Nuevo Testamento que hoy se conoce fue escrito y transmitido en griego koiné, y sistemáticamente adaptado por el cristianismo romano a sus propias doctrinas.
Por tanto, es necesario tener una aproximación crítica y comparativa al texto bíblico, distinguiendo entre lo que proviene del pensamiento hebreo original y lo que fue interpretado posteriormente bajo el prisma grecorromano. La figura del Mesías sigue siendo central, pero su interpretación depende del marco cultural, lingüístico y teológico desde el cual se la lea.
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