Mensaje de Cristo en su Contexto Más Fiel al Original



Los 24 Libros del Tanaj: Clasificación y Orden Canónico

Canon Hebreo y Selección de Escritos Fieles al Pensamiento Judío Mesiánico, sin Influencias Helenistas ni Gnósticas

¿Qué es el Tanaj y cómo se compone?

El Tanaj es el acrónimo hebreo de las tres grandes divisiones de las Escrituras del pueblo de Israel:

TTorá (La Ley o Instrucción)
NNevi’im (Los Profetas)
KKetuvim (Los Escritos)

El canon hebreo tradicional contiene 24 libros, que corresponden a los 39 libros del Antiguo Testamento cristiano, pero están organizados y contados de forma diferente. Esta organización responde a una lógica espiritual, histórica y teológica profundamente distinta del canon cristiano.

TORÁ (La Ley – 5 libros)

Bereshit (Génesis)
Shemot (Éxodo)
Vayikrá (Levítico)
Bamidbar (Números)
Devarim (Deuteronomio)

NEVI’IM (Los Profetas – 8 libros)

Nevi’im Rishonim (Profetas Anteriores)
Yehoshua (Josué)
Shoftim (Jueces)
Shemuel (Samuel – 1 y 2 unidos)
Melajim (Reyes – 1 y 2 unidos)
Nevi’im Aharonim (Profetas Posteriores)
Yeshayahu (Isaías)
Yirmiyahu (Jeremías)
Yejezkel (Ezequiel)
Trei Asar (Los Doce Profetas Menores unidos)

KETUVIM (Los Escritos – 11 libros)

Tehilim (Salmos)
Mishlei (Proverbios)
Iyov (Job)
Shir HaShirim (Cantares)
Rut (Rut)
Eijá (Lamentaciones)
Kohelet (Eclesiastés)
Ester (Ester)
Daniel (Daniel)
Ezra-Nejemiah (Esdras y Nehemías juntos)
Divrei Hayamim (Crónicas – 1 y 2 unidos)

El Problema del Canon Cristiano Post-Niceno

El canon del Nuevo Testamento tal como lo conocemos fue formalizado por la iglesia romana entre los siglos IV y V, con fuerte influencia de los concilios de Nicea (325 d.C.), Laodicea (363 d.C.), Hipona (393 d.C.) y Cartago (397 d.C.). Estos concilios, bajo la influencia del Imperio Romano y del pensamiento griego-alejandrino, incluyeron textos que:

Promovían estructuras jerárquicas ajenas al judaísmo bíblico
Estaban redactados en griego con conceptos gnósticos o neoplatónicos
Presentaban una visión espiritualizada y a veces contradictoria del Mesías
Sustituían conceptos clave de la Torá por interpretaciones alejadas del contexto hebreo

A pesar de los esfuerzos de la Reforma de Lutero y de las reformas posteriores, la depuración del canon bíblico no se completó en su totalidad. Como resultado, muchas versiones actuales de la Biblia —incluida la Reina-Valera 1960— aún conservan distorsiones heredadas de las traducciones griegas, así como la inclusión de libros deuterocanónicos aceptados por tradiciones eclesiásticas, y la adopción del canon oficial del Nuevo Testamento establecido por el cristianismo postniceno.

Lectura Propuesta para un Entendimiento Puro del Mensaje de Cristo en su Contexto Más Fiel al Original, a la Espera de Nuevos Descubrimientos Textuales.

Canon Cristiano: Solo Escritos Pre-Nicenos, Hebreos y No Helenistas

Para recuperar la fe y la enseñanza original del Mesías y sus emisarios judíos (shlijim/apóstoles), se propone una depuración del canon, excluyendo:

Libros influenciados por Roma, el gnosticismo o la filosofía griega:

2 Pedro
1 y 2 Timoteo, Tito (Epístolas pastorales)
Filemón
Apocalipsis (Libro usado por Roma como alegoría del poder imperial vencido)
Hebreos (autor desconocido, lenguaje filosófico y tipología levítica reinterpretada)
Judas
2 y 3 Juan

Canon Depurado: Escrituras Hebreo-Mesiánicas Auténticas

Escritos Fundamentales: Tanaj (24 libros)

Los libros del Tanaj permanecen intactos en este canon. Representan la base revelacional dada a Israel y aceptada por el Mesías y sus discípulos.

Evangelios Auténticos (pre-Nicea)

Mateo – Escrita en hebreo; fuerte énfasis en la Torá y el Reino
Marcos – Fuente antigua y práctica, derivada de Pedro
Lucas – Investigación histórica detallada
Juan (parcial) – Solo si se interpreta su lenguaje de forma hebrea y no griega

Aclaración: Dabar vs Logos

Dabar (דָּבָר): En hebreo significa "palabra", pero también "acción", "asunto", "orden". Se refiere a la palabra activa y eficaz de Dios, creadora y vivificadora.
Logos (λόγος): En griego implica "razón", "verbo", "principio racional". Fue usado por Filón de Alejandría y otros pensadores griegos como concepto abstracto.

Cuando Juan 1:1 dice "En el principio era el Verbo", el texto griego dice Logos, pero la intención hebrea del autor (judío) remite claramente al Dabar: la palabra creadora del Elohim de Israel, no a un principio gnóstico o metafísico griego.

Historia de los Emisarios

Hechos de los Emisarios – Registra la praxis de los primeros seguidores del Mesías, en comunión con el judaísmo de su tiempo.

Cartas Hebreo-Mesiánicas (seleccionadas)

Santiago (Yaakov) – Ética práctica, enraizada en la Torá
1 Pedro – Reflexión mesiánica, conexión directa con Israel
1 Juan – Defensa contra el pecado, amor y obediencia
Romanos (parcial)
Gálatas (parcial)

Aclaración sobre Romanos y Gálatas:

Ambos escritos por Shaul/Paulo, un fariseo convertido. Son conservados solo parcialmente por el valor que tienen en explicar:

El acceso de los gentiles a la fe del Dios de Israel sin necesidad de convertirse al judaísmo rabínico
La justicia por fe, siguiendo el modelo de Abraham
La oposición a la justificación por obras de tradición oral (no por Torá escrita)

Se descartan los pasajes que:

Desprecian la Torá como un todo
Contradicen los escritos de Yaakov (Santiago) o Juan
Exaltan a Pablo más allá de su rol de emisario

Escritos Judíos Complementarios no Canónicos

Estos textos no están en el canon bíblico, pero fueron usados por los judíos del Segundo Templo, los esenios, o los primeros creyentes:

1 Henoc
Jubileos
Didajé (Instrucción apostólica anterior al siglo II)
Testamento de los Doce Patriarcas
Reglas de la Comunidad (Qumrán)
Evangelio de los Hebreos (usado por los nazarenos)

Composición Final del Canon Hebreo-Mesiánico

Categoría Libros
Tanaj 24 libros (Torá, Profetas, Escritos)
Evangelios Mateo, Marcos, Lucas, Juan (filtrado)
Historia Hechos de los Emisarios
Cartas aceptadas Santiago, 1 Pedro, 1 Juan, Romanos (parcial), Gálatas (parcial)
Complementarios Henoc, Jubileos, Didajé, Evangelio de los Hebreos, etc.

Este canon depurado busca recuperar la fidelidad a las raíces hebreas de la fe en el Mesías, evitando las distorsiones del pensamiento helenista, la institucionalización romana y el gnosticismo. De este modo, se restituye la coherencia doctrinal, profética y espiritual entre el Tanaj y los escritos del Nuevo Pacto (Brit Jadashá) en su forma original.

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