ESTUDIO BÍBLICO DETALLADO: LA LEY ANTIGUA, CRISTO Y EL NUEVO MANDAMIENTO


ESTUDIO BÍBLICO DETALLADO: LA LEY ANTIGUA, CRISTO Y EL NUEVO MANDAMIENTO

LA LEY ANTIGUA DADA A ISRAEL

Éxodo 19:5-6 muestra que Dios estableció un pacto exclusivo con Israel, basado en la obediencia a sus mandamientos: “Ahora, pues, si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos...”

Éxodo 20:1-17 contiene el Decálogo o Diez Mandamientos, que junto con las leyes de Levítico, Números y Deuteronomio suman más de 600 preceptos que regulaban aspectos morales, religiosos, ceremoniales, alimenticios y civiles. Estas leyes establecían la identidad nacional y religiosa de Israel y lo diferenciaban de las naciones paganas.

Comentario: El sistema legal de Israel era integral y pedagógico. Dios instruía a su pueblo en santidad, pureza y justicia, pero ese sistema no era permanente. Hebreos 10:1 aclara que “la ley, teniendo la sombra de los bienes venideros, no la imagen misma de las cosas”, no podía perfeccionar al adorador. Por lo tanto, la ley era una sombra de lo que Cristo vendría a cumplir.

LA LEY Y SU IMPOSIBILIDAD DE JUSTIFICAR AL HOMBRE

Gálatas 3:10-11 enseña que “todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición” y que “el justo por la fe vivirá”.

Romanos 3:20 afirma que “por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado.”

Comentario: La ley es santa, justa y buena (Romanos 7:12), pero su función principal era revelar el pecado, no quitarlo. Ningún ser humano ha podido cumplirla perfectamente. Por eso, se requería una justicia superior: la que viene por la fe en Jesucristo.

EL NUEVO PACTO EN CRISTO

Jeremías 31:31-33 profetiza que Dios establecería un nuevo pacto, no como el que hizo con los padres de Israel, sino uno donde “pondré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón”.

Hebreos 8:6-13 confirma que esta profecía se cumple en Cristo, mediador de un nuevo pacto basado en mejores promesas.

Mateo 5:17: Jesús dice: “No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir.”

Juan 13:34-35: Jesús presenta el nuevo mandamiento: “Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros.”

Comentario: Cristo no anuló la ley, sino que la cumplió perfectamente. Su obediencia fue total, y con su sacrificio inauguró el nuevo pacto. Este pacto ya no se basa en cumplir normas externas, sino en una transformación interior producida por el Espíritu Santo. El nuevo mandamiento –amar como Cristo amó– encapsula la totalidad de la voluntad de Dios.

¿DEBEN LOS GENTILES GUARDAR LAS COSTUMBRES JUDÍAS?

En Hechos 15 se registra el Concilio de Jerusalén, donde los apóstoles discutieron si los gentiles convertidos debían circuncidarse y guardar la ley de Moisés. Pedro advierte:

Hechos 15:10: “¿Por qué tentáis a Dios, poniendo sobre la cerviz de los discípulos un yugo que ni nuestros padres ni nosotros hemos podido llevar?”

La decisión fue clara:

Hechos 15:28-29: “Ha parecido bien al Espíritu Santo, y a nosotros, no imponeros ninguna carga más que estas cosas necesarias: que os abstengáis de lo sacrificado a ídolos, de sangre, de ahogado y de fornicación...”

Gálatas 5:1-4: “Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres... De Cristo os desligasteis, los que por la ley os justificáis; de la gracia habéis caído.”

Comentario: Los apóstoles, guiados por el Espíritu, no impusieron la ley ceremonial ni las costumbres judías a los gentiles. La salvación es por gracia mediante la fe, no por obras. Pablo fue claro: intentar justificarse por la ley implica caer de la gracia.

LA LEY DE CRISTO Y EL VERDADERO CUMPLIMIENTO

Mateo 22:37-40: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón... y a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas.”

Romanos 13:8-10: “El que ama al prójimo, ha cumplido la ley... así que el cumplimiento de la ley es el amor.”

Gálatas 5:14: “Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.”

Comentario: El amor, según Cristo y Pablo, es la plenitud de la ley. No se trata de un sentimiento superficial, sino del amor sacrificial y santo que se origina en Dios. Quien ama como Cristo ha cumplido toda la ley, incluyendo sus exigencias morales.

EL VERSÍCULO CLAVE SOBRE CUMPLIR TODA LA LEY

Romanos 13:8-10 sintetiza la idea de que el amor cumple la ley. En Gálatas 5:14 Pablo declara: “Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.”

Comentario: El cumplimiento integral de la ley mosaica se alcanza en el mandamiento del amor. El cristiano no necesita guardar las normas rituales y civiles del Antiguo Pacto, porque al amar como Cristo, cumple toda la ley moral de Dios.

NUESTRA MANERA DE SEGUIR A CRISTO HOY

No vivimos bajo la ley de Moisés, sino bajo la gracia.

Romanos 6:14: “No estáis bajo la ley, sino bajo la gracia.”

Seguimos a Cristo obedeciendo su Palabra y guiados por el Espíritu Santo.

Romanos 8:1-4: “...la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.”

Nuestra fe se manifiesta en el amor.

Gálatas 5:6: “Porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión, sino la fe que obra por el amor.”

Comentario final: El cristiano vive en un nuevo pacto fundado en la fe y el amor. No necesitamos guardar las costumbres judías porque Cristo ya cumplió la ley. Nosotros somos llamados a vivir como nuevas criaturas, manifestando el amor de Cristo en obediencia, justicia y verdad.

Los creyentes gentiles no están obligados a observar la ley mosaica ni las costumbres judías. Pablo fue contundente al afirmar que la justicia no proviene de la ley, sino de la fe en Cristo. El nuevo pacto exige una obediencia más profunda, nacida del amor a Dios y al prójimo. El que ama como Cristo ha cumplido toda la ley. Por lo tanto, nuestra forma de seguir a Cristo debe basarse en una vida guiada por el Espíritu Santo, vivida en santidad, verdad y amor.

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