LA Gracia de Dios



La gracia de Dios es uno de los pilares fundamentales de la fe cristiana. Aunque muchos la asocian exclusivamente con el Nuevo Testamento, la realidad es que la gracia está presente a lo largo de toda la Biblia, desde el Antiguo Testamento hasta las enseñanzas de Jesucristo. En este artículo exploraremos cómo se revela la gracia divina en ambas partes de las Escrituras, y cómo Jesús profundizó y personificó esta gracia.

La Gracia en el Antiguo Testamento

Aunque el término "gracia" no aparece con la misma frecuencia o claridad que en el Nuevo Testamento, el Antiguo Testamento está lleno de ejemplos del favor inmerecido de Dios hacia Su pueblo.

1. Noé halló gracia

“Pero Noé halló gracia ante los ojos de Jehová.”
Génesis 6:8 (RVR1960)

En un mundo corrompido, Noé recibió el favor divino no por sus méritos, sino por la elección soberana de Dios. Este es uno de los primeros momentos en que se menciona la gracia, mostrando que desde el principio Dios actuó con misericordia.

2. Moisés y la presencia de Dios

“Ahora pues, si he hallado gracia en tus ojos, te ruego que me muestres ahora tu camino…”
Éxodo 33:13 (RVR1960)

Moisés intercede por el pueblo de Israel apelando a la gracia divina. Esta interacción revela que la gracia estaba relacionada con la comunión con Dios y su presencia constante.

3. El pueblo de Israel y la gracia continua

Dios mostró gracia repetidamente al perdonar a Israel una y otra vez a pesar de su desobediencia. Esta gracia no era una licencia para pecar, sino una expresión del amor fiel de Dios.

La Gracia en el Nuevo Testamento

En el Nuevo Testamento, la gracia se convierte en el corazón del mensaje del evangelio. Es más explícita, abundante y personalizada en la persona de Jesucristo.

1. Jesús: Lleno de gracia

“Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.”
Juan 1:14 (RVR1960)

Jesús no solo hablaba de la gracia, Él era la gracia encarnada. Su vida fue una manifestación del favor inmerecido de Dios hacia la humanidad.

2. La ley fue dada por Moisés, pero la gracia vino por Jesús

“Porque la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo.”
Juan 1:17 (RVR1960)

Aquí se marca una diferencia entre el antiguo pacto y el nuevo. La ley revelaba el pecado, pero la gracia ofrecía salvación. Jesús no abolió la ley, sino que la cumplió y abrió un camino de reconciliación.

3. La parábola del hijo pródigo

(Lucas 15:11-32)

Aunque Jesús no usa directamente la palabra "gracia", esta parábola es una imagen clara del favor inmerecido del Padre hacia el hijo perdido. La gracia es retratada como un abrazo sin juicio, una restauración completa y una fiesta de reconciliación.

4. La mujer adúltera

“Ni yo te condeno; vete, y no peques más.”
Juan 8:11 (RVR1960)

Jesús mostró gracia al no condenar a la mujer sorprendida en adulterio, pero también le mostró el camino de transformación: “no peques más”. Es una gracia que restaura y guía a una vida nueva.

5. El ladrón en la cruz

“Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso.”
Lucas 23:43 (RVR1960)

Aquí vemos la gracia en su forma más pura: un hombre culpable recibe el regalo de la salvación en sus últimos momentos, sin haber hecho nada para merecerlo.

Desde Noé hasta el ladrón en la cruz, la gracia de Dios ha sido constante. En el Antiguo Testamento se manifiesta como un favor inmerecido que preserva, guía y perdona. En el Nuevo Testamento, se revela en plenitud a través de Jesucristo, quien nos ofrece perdón, salvación y vida eterna no por obras, sino por su amor.

“Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios.”
Efesios 2:8 (RVR1960)

La gracia no es solo un concepto, es una experiencia transformadora. Jesús no vino a traer reglas, vino a traer vida. Y esa vida comienza cuando recibimos su gracia.

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