Debemos hacer el bien y salir a predicar


Debemos hacer el bien y salir a predicar

Lo que enseñó Cristo sobre hacer el bien

Jesucristo habló claramente sobre hacer el bien, y no solo dentro de un templo o sinagoga, sino en todo lugar y en todo tiempo. A lo largo de los Evangelios, vemos que Él no se limitó a espacios cerrados: predicaba en los montes, las playas, los caminos, las casas e incluso en las calles. Su vida fue un testimonio de servicio, misericordia y salvación para todos, especialmente para los necesitados, marginados y pecadores.

Hacer el bien en todo momento

"Y les decía: ¿Es lícito en los días de reposo hacer bien, o hacer mal; salvar la vida, o quitarla?" (Marcos 3:4)
Jesús confrontó a los religiosos de su tiempo por su frialdad espiritual. Mostró que el amor y la misericordia están por encima de los rituales, y que hacer el bien no tiene horario ni restricciones religiosas.

Dar testimonio con las obras

"Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos." (Mateo 5:16)
Las buenas obras son un reflejo del carácter de Cristo en nosotros. El bien que hacemos habla más fuerte que mil sermones.

El amor como motor del bien

"Amarás a tu prójimo como a ti mismo." (Mateo 22:39)
Cristo dejó claro que el amor verdadero se demuestra en acción. El bien nace del amor por Dios y por el prójimo.

¿Por qué muchas iglesias hoy se encierran entre cuatro paredes?

Esta es una triste realidad en muchas congregaciones. Aunque no se puede generalizar, porque sí hay iglesias activas en la calle y evangelizando, en muchos casos se observa lo siguiente:

Comodidad espiritual

Se ha perdido el fuego del primer amor. Muchas iglesias están cómodas con sus cultos y reuniones internas, pero ya no buscan a los perdidos como lo hacía Cristo.

Temor o indiferencia al rechazo social

En una sociedad cada vez más secular, algunas iglesias prefieren el silencio antes que ser rechazadas o criticadas. Pero el evangelio no es para esconderlo, sino para proclamarlo con valor.

Falta de enfoque en el mensaje original

Muchos púlpitos se han centrado en mensajes motivacionales, de prosperidad, o en mantener a los miembros cómodos, dejando de predicar el arrepentimiento, el perdón, los milagros y la salvación en Cristo.

Ausencia del Espíritu Santo

Sin el mover real del Espíritu Santo, la iglesia se convierte en un edificio vacío. La pasión por las almas viene del Espíritu, no de una estrategia humana.

¿Qué se debe hacer según Cristo?

Cristo mandó:
"Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura." (Marcos 16:15)
El llamado de la iglesia sigue siendo claro: salir, predicar, sanar, liberar, discipular y amar. Las iglesias deben despertar, volver al evangelio de poder y compasión, y retomar la Gran Comisión con urgencia y pasión.

"Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin." (Mateo 24:14).

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