CRISTO Y EL INFIERNO: UNA ENSEÑANZA CLARA Y URGENTE
Cristo habló del infierno más que cualquier otro personaje en la Biblia. Lejos de ser una figura simbólica o una alegoría, Jesús presenta el infierno como una realidad concreta, consciente y eterna. Sus palabras no son para causar terror sin propósito, sino para advertir con amor y para ofrecer el camino de salvación a través del arrepentimiento y la fe en Él. Este estudio recopila y reflexiona sobre sus enseñanzas, usando las Biblias Reina-Valera 1960, Thompson y Plenitud.
TÉRMINOS QUE JESÚS USÓ PARA REFERIRSE AL INFIERNO
Gehenna es la palabra que más empleó Jesús. Originalmente, era el Valle de Hinom, fuera de Jerusalén, donde se ofrecían sacrificios a dioses paganos. Más tarde, ese lugar se convirtió en un basurero donde se quemaban cuerpos y desperdicios. Cristo usó ese término para describir el lugar final de juicio y condenación.
Mateo 5:22 dice: “...y cualquiera que le diga: Fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego.”
Según la Biblia Thompson, esta referencia conecta con Isaías 66:24, donde se habla de un fuego eterno y de gusanos que no mueren. La Biblia Plenitud aclara que Jesús toma esa imagen como advertencia contra el pecado no confesado, mostrando que la condenación no solo es espiritual sino también consciente.
Hades es otro término que Jesús usó, y se refiere al lugar de los muertos. En Lucas 16:23 se describe: “Y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos…”
En la Thompson se asocia con Apocalipsis 20:14, donde finalmente el Hades será arrojado al lago de fuego. La Biblia Plenitud explica que Hades no es el infierno final, sino un lugar intermedio de castigo consciente hasta el juicio definitivo.
DESCRIPCIONES DEL INFIERNO SEGÚN JESÚS
En Mateo 25:41, Jesús dice: “Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles.”
Este texto demuestra que el infierno no fue creado para el ser humano, sino para los ángeles caídos. La Biblia Plenitud resalta que rechazar la gracia de Cristo lleva inevitablemente a ese mismo destino. La Thompson relaciona esta enseñanza con Juan 5:29, donde los que hicieron lo malo resucitan para condenación.
En Marcos 9:43-48, Jesús describe el infierno como un lugar donde “el fuego nunca se apaga” y “el gusano no muere.”
La Biblia Thompson cita Isaías 66:24 como fondo profético de esta enseñanza. Jesús está diciendo que el castigo es perpetuo, sin alivio. No es simbólico ni pasajero. La Biblia Plenitud destaca que el lenguaje de Jesús no es figurativo: muestra continuidad y conciencia del sufrimiento.
En Mateo 7:23, Jesús dice: “Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.”
Y en Lucas 13:27-28 añade: “Apartaos de mí todos vosotros, hacedores de maldad. Allí será el llanto y el crujir de dientes…”
Esto nos enseña que el mayor castigo del infierno no es el fuego, sino la separación eterna de Dios. El “lloro y crujir de dientes” simboliza remordimiento, desesperanza y angustia sin retorno. La Biblia Thompson aclara que la fe sin obediencia es rechazada, y la Plenitud comenta que el Reino de Dios no acepta hipocresía.
EL CASO DEL RICO Y LÁZARO EN LUCAS 16
En esta enseñanza, el rico muere y despierta en el Hades. Dice el versículo 24: “...porque estoy atormentado en esta llama.”
Aunque es una parábola, Jesús no usa imágenes irreales. Describe una conciencia clara del castigo, sin posibilidad de consuelo ni de salida. La Biblia Plenitud interpreta que Jesús está mostrando el resultado eterno de una vida vivida sin temor de Dios ni compasión por los demás. La Biblia Thompson la conecta con textos de Apocalipsis que hablan del tormento eterno de los impíos.
EL PROPÓSITO DE JESÚS: SALVARNOS DEL INFIERNO
Juan 3:16-17 declara: “Porque de tal manera amó Dios al mundo... para que todo aquel que en él cree, no se pierda... Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.”
Cristo no vino a juzgar en su primera venida, sino a ofrecer salvación. Pero esa oferta tiene un límite de tiempo. La Biblia Thompson enseña que la salvación requiere fe activa y obediencia. La Biblia Plenitud insiste en que la gracia está abierta a todos, pero no todos la aceptan.
El infierno es el destino de quienes rechazan la verdad, no porque Dios lo desee, sino porque el hombre libremente decide alejarse de la vida y de la luz. La justicia de Dios exige juicio, pero su misericordia ofrece escape. El mensaje del infierno está íntimamente ligado al mensaje de la cruz: Cristo murió para librarnos del castigo eterno.
El creyente debe vivir consciente de esta verdad. Si creemos que el infierno es real, debemos evangelizar con urgencia, vivir en obediencia, valorar la gracia y rechazar toda doctrina falsa que niegue la existencia del castigo eterno. El juicio es parte del Evangelio, pero también lo es la esperanza de salvación.
2 Corintios 6:2 dice: “He aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de salvación.”
Jesús no habló del infierno para condenar, sino para rescatar. Hoy es el día para volvernos a Él y advertir a otros del peligro eterno.
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