¿ES DIOS UNA VOZ EN EL PECHO?
Malentendidos modernos sobre su manifestación
EL PROBLEMA DE LAS EXPERIENCIAS COMO FUNDAMENTO DE LA FE
En muchas iglesias contemporáneas se ha propagado la idea de que la presencia de Dios se manifiesta exclusivamente a través de sensaciones físicas, emociones intensas o una voz interior subjetiva. Esto ha producido una fe centrada en el sentir, y no en el creer en lo que Dios ya reveló en su Palabra.
Muchos afirman que “sienten” a Dios porque les “ardía el pecho”, o porque “oyeron algo en su interior”. Esta manera de pensar ha sustituido la autoridad de las Escrituras por la autoridad de la experiencia personal.
“Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?”
(Jeremías 17:9)
La Biblia advierte que el corazón humano puede ser fácilmente engañado, y no debe ser usado como base de autoridad espiritual.
LO QUE DIJO CRISTO SOBRE SU GUÍA Y VOZ
Cristo nunca enseñó que sus discípulos serían guiados por emociones o experiencias subjetivas. Él fue muy claro en que el Espíritu Santo no hablaría por sí mismo, sino que recordaría lo que Jesús ya enseñó:
“Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.”
(Juan 14:26)
La guía del Espíritu Santo es cristocéntrica y bíblica. El Espíritu no da nuevas revelaciones que contradigan la Palabra, sino que afirma la verdad de Cristo.
Cristo también declaró:
“Mis palabras son espíritu y son vida.”
(Juan 6:63)
“El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él.”
(Juan 14:23)
Esto muestra que la verdadera relación con Dios se basa en la obediencia a su Palabra, no en emociones internas.
LA FE NO SE BASA EN EMOCIONES, SINO EN LA PALABRA
Pablo enseñó claramente que la fe genuina no proviene de experiencias místicas o sensaciones subjetivas, sino del oír la Palabra de Dios:
“Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.”
(Romanos 10:17)
Cuando se sustituye la Palabra por la experiencia, se corre el riesgo de crear un cristianismo centrado en el yo, no en Cristo.
Además, Pablo advirtió:
“Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema.”
(Gálatas 1:8)
Esto significa que ni los ángeles ni las visiones ni las emociones tienen autoridad sobre la Escritura.
LA EMOCIÓN NO ES PRUEBA DE LA PRESENCIA DE DIOS
Jesús reprendió a los que buscaban señales emocionales o sobrenaturales como condición para creer:
“La generación mala y adúltera demanda señal; pero señal no le será dada, sino la señal del profeta Jonás.”
(Mateo 12:39)
Y dijo también:
“Bienaventurados los que no vieron, y creyeron.”
(Juan 20:29)
Muchos hoy creen que si no sienten algo en el culto, Dios no estuvo presente, lo cual es un error. La verdadera adoración no depende de sentir, sino de conocer a Dios según su Palabra:
“Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.”
(Juan 4:24)
PELIGRO DE LA SUGESTIÓN Y AUTOENGAÑO
Cuando se pone más atención en la emoción que en la Escritura, se abre la puerta a la sugestión, el emocionalismo y el engaño espiritual. Pablo profetizó esto:
“Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios.”
(1 Timoteo 4:1)
No toda voz interna viene de Dios.
No toda emoción espiritual viene del Espíritu Santo.
Satanás también puede disfrazarse de espiritualidad:
“Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz.”
(2 Corintios 11:14)
Por eso, todo mensaje espiritual debe ser juzgado a la luz de la Palabra.
¿CÓMO SABER SI DIOS HABLA?
Jesús dejó un principio claro:
“El que es de Dios, las palabras de Dios oye; por esto no las oís vosotros, porque no sois de Dios.”
(Juan 8:47)
Y también:
“El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.”
(Mateo 24:35)
Dios habla a través de lo que ya ha dicho en las Escrituras. Su Palabra es eterna, completa y suficiente:
“Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia.”
(2 Timoteo 3:16)
EL VERDADERO DISCERNIMIENTO ESPIRITUAL
El verdadero creyente debe examinar todo a la luz de la Palabra:
“Examinadlo todo; retened lo bueno.”
(1 Tesalonicenses 5:21)
No debemos despreciar las experiencias espirituales legítimas, pero nunca deben ser el fundamento de la fe, ni deben contradecir lo revelado en la Biblia.
“A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido.”
(Isaías 8:20)
LA VOZ DE DIOS ESTÁ EN SU PALABRA
La Biblia no prohíbe que Dios hable al corazón, pero deja claro que la Palabra escrita es la única guía infalible. El Espíritu Santo guía al creyente a toda verdad ya revelada. Las emociones son secundarias y pueden ser engañosas.
Dios no es una emoción, ni una voz en el pecho, ni una experiencia sensorial. Dios es Espíritu, Verdad y Palabra Viva.
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